Lúa fue recogida de la carretera. No estaba vagando perdida, mucho mejor, estaba metida en un saco junto a su hermana, arrojadas a su suerte a lo que, probablemente, sería su fin. Pero no!! Alguien se percató, se acercó y vió a dos cositas pequeñitas...en un estado lamentable.
Su hermana no lo consiguió. Lúa estuvo a punto de dejarnos también. Casi un mes estuvo ingresada en una clínica, aislada, con vías, muchos pinchazos y mucho tratamiento. ¡Y sobrevivió!
Después de eso vino la acogida... aunque tras tanto tiempo de hospitalización debería estar flojucha, Lúa tenía(y tiene) unas energías que dejaban atrás al más activo. Un manojo nervios!!
Por suerte, la adopción llegó pronto y, por suerte, Lúa es una más de la familia. Playa, campo y todos los jorgorios asegurados!
Aunque se ve grandota e imponente, Lúa sigue teniendo el mismo espíritu juguetón y amistoso de hace casi un año.
Gracias al papá y a la mamá de Lúa por no dudar en adoptarla y darle esta oportunidad.
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